El pontífice recibió un lujoso Lamborghini Huracán de parte de la compañía italiana y ordeno la subasta del mismo a fin de dedicar los fondos para varias caridades como la reconstrucción de comunidades cristianas en Irak víctimas de ISIS.
El papá Francisco tuvo una experiencia bastante única para un clérigo con votos de pobreza. recibió las llaves de un Lamborghini Huracán último modelo de manos del fabricante italiano de autos exóticos.
El vehículo, que combina a la perfección con el atuendo blanco del papa, tiene un costo cercano a los 180 mil euros (más o menos 630 millones de pesos colombianos), y recibió la bendición del jerarca católico fuera de la Casa Santa María, donde vive.
Naturalmente, el austero Francisco no va a conducir el carro por el Vaticano, sino que se lo entregará a la casa de subastas Sotheby’s, que lo venderá. El dinero será entregado a 3 fundaciones de caridad, la reconstrucción de comunidades víctimas de ISIS en los planos de Nineveh en Irak, la ayuda de las víctimas de tráfico humano y la ayuda a las misiones católicas en África.
Quizás la marca que una vez bautizó a uno de sus vehículos como ‘Diablo’ haya tratado de ganarse el cielo con este generoso donativo, pero el papa Francisco no tiene ninguna intención de disfrutar los 610 caballos de fuerza que el motor V10 de 5.2 litros de esta celestial bestia produce. Después de bendecir el carro y firmar su capó, el pontífice ordenó la subasta del súper deportivo blanco.
De ese vehículo apenas existen 6 modelos en el mundo. El que Lamborghini le entregó al papa es el séptimo, y fue fabricado especialmente para él. Como dato adicional vale la pena mencionar que la revista especializada Top Gear nombró a ese modelo como el “Supercarro del año” en 2014, agrega Catholic News Agency.
Pero a pesar de que el vehículo vale 180 mil euros (que no deja de ser una cantidad importante de dinero), se espera que con la bendición del pontífice cueste aún más. Así pasó en 2013 con una moto Harley-Davidson, que originalmente costaba más o menos 13 mil euros, pero que se subastó en 327 mil euros luego de que Francisco se la encomendara a Dios.
Y el asunto no para ahí: el papa también firmó el carro, en el capó. Eso también incrementaría su valor. Ya pasó con otro producto de Harley-Davidson, una chaqueta, que también fue autografiada por el papa y finalmente fue vendida en 77 mil euros.
The Local recuerda que el año pasado, Francisco ordenó que los carros que él usó durante la visita que hizo a Polonia fueran subastados y que las ganancias fueran donadas para ayudar a los refugiados sirios.
En la ceremonia de la bendición de este vatimóvil estuvieron presentes Stefano Domenicali presidente de Lamborghini así como miembros de la junta directiva del fabricante y dos de los trabajadores que ayudaron en la construcción del vehículo.
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