Basta con mirar la grabación del arresto del afroestadounidense asesinado por un policía blanco para conocer que el grande de 2 metros de altura era un hombre muy pacífico.
Floyd falleció en el suelo bocabajo con la rodilla de un policía blanco sobre su cuello; él era un alma generosa que había dejado Houston para comenzar una nueva vida en Minnesota, donde perdió su trabajo en medio de la crisis del COVID-19.
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“Todos querían a mi hermano”, manifestó el jueves Philonese Floyd, un día luego de que el caso de George Floyd soltara protestas multitudinarias y nuevas acusaciones de racismo en Estados Unidos.
“Él es un gran hombre bueno”, manifestó Philonese a CNN. “No hace daño a nadie”.
El hombre de 46 años había venido al norte para laborar como camionero y hace poco lo hacía como guardia de seguridad en el restaurante Conga Latin Bistro, antes de que cerrara durante la orden confinamiento en Minnesota, por el COVID-19.
“Sólo nos mantenía seguros ahí, ¿sabes?”, anuncia a la cadena de radio National Public Radio, Luz María González, una asidua de aquel restaurante.
“Al final de la noche, decía, ‘hey Luz, te quiero esperar hasta que te subas a tu taxi’”.
Otras individuos cercanos a Floyd afirmaron que trataba de obtener una vida de mejor calidad.
“Quería obtener un golpe mundial”, manifestó a la televisora KPRC en Houston, Jonathan Veal, un amigo suyo a partir que estaban en sexto grado. Ambos acudieron al instituto Jack Yates.
Floyd, con una imponente altura de dos metros, se convirtió en un atleta estrella del básquetbol y el fútbol, y en un artista de hip hop.
Pero tuvo que marcharse de Houston pues tenía dificultades para descubrir trabajo.
Veal manifestó que en enero habló por última con Floyd, con un intercambio de mensajes de texto.
“Hay varias cosas que tengo que poner en claro para mis pequeños”, redacto Floyd a Veal.
“Mi fe se encuentra volviendo a donde se supone que debe estar”.
Pero el 25 de mayo, después de nueve minutos de agonía capturados en grabación, falleció bajo la presión de la rodilla de un policía sobre su cuello, y quedó tirado en la calle, desarmado y arrestado.
“Por favor, por favor, no puedo respirar”, se oye suplicar a Floyd en la grabación que se hizo viral.
La policía lo destacó como un sospechoso de un caso de falsificación en una tienda de comestibles. Un empleado del comercio llamó al 911 el lunes luego de que Floyd aparentemente comprara cigarrillos con plata falso.
Cambiando su vida
Bridgett Floyd manifestó que su hermano no estaba perfecto, a pesar es “desgarrador” que haya muerto en manos de la policía.
“Eso es precisamente lo que hicieron”, manifestó a NBC News. “Mataron a mi hermano. Se encontraba solicitando apoyo a gritos”.
Cuatro uniformados fueron despedidos por este incidente. Uno de ellos, Derek Chauvin, fue capturado el viernes y señalado por asesinato en tercer grado.
La prometida de Floyd, Courtney Ross, insistió en que él había permanecido como una luz brillante en el pueblo.
“Esto no es más que un ángel que nos fue enviado a la tierra”, manifestó a CBS News. “Y lo demonizamos y lo matamos”.
De acuerdo con reportes, Floyd tenía dos hijos. Roxie Washington, la mamá de su hija de 6 años que vive en Houston, lo describió como un papá dedicado.
“La gente se equivocaba con él pues estaba tan enorme que pensaban siempre que estaba una persona peleonera”, anuncia Washington, según el Houston Chronicle.
“Pero estaba una persona adorable… Y amaba a su hija”.
Stephen Jackson, uno de los viejos amigos de Floyd, se convirtió en una estrella del basketball de la NBA, pero Floyd jamás dejó que eso cambiara su amistad.
“Nos llamamos gemelos”, manifestó Jackson en un emotivo grabación publicado en Instagram.
“Se encontraba cambiando su vida”, se mudó a Minnesota para laborar y poder conservar a sus hijos, agregó Jackson.
“Mi muchacho se encontraba haciendo lo que suponía que tenía que realizar, hombre, y todos ustedes van y matan a mi hermano”.
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