Un sinnúmero de tradiciones rodean las festividades de Navidad y Año Nuevo, sobre todo en Colombia. Pues la natilla, los buñuelos, la comida en abundancia, las uvas y bebidas nunca sobran en las fiestas de esta época en los hogares de los colombianos.
Una costumbre bastante tradicional para la medianoche del 31 de Diciembre es la de quemar los muñecos de Año Viejo, que representan el fin de una etapa, es una forma simbólica de desechar todo lo malo que pasó en este tiempo, y recibir los siguientes 12 meses de manera positiva y con nuevas energías.
La creatividad y habilidad para inventar resaltan en la elaboración de estos muñecos, y en la región del Caribe saben cómo sorprender cada nuevo año con un diseño bastante original.
Entre los vecinos o familia se las arreglan para crear personajes basados en su entorno, o representar a los más polémicos durante el año. Asimismo, tienen en cuenta los sucesos que más fueron tendencia y de los que todos hablaron, para recrearlos de una manera caricaturesca.
La unión es uno de los principales factores para la confección de los muñecos, ya que los materiales usados para este fin, son donados por quienes participan de la tradición.
Detrás de cada una de estas figuras, hay una historia y toda una compleja logística entre quienes se reúnen a hacerlos para poder mostrar un producto final.
Lo cierto es que aunque esta tradición ha sido olvidada por muchos, aún sigue viva y es una bonita forma de representar lo malo que se deja y lo bueno que se espera para el siguiente año.
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